Vista trasera del palio de María Santísima de la Trinidad |
Así de claro. El nivel del manto. ¿Qué cofrade no ha oido hablar alguna vez de este artilugio tan impreciso? Algunos, incluso, lo han llegado a buscar, otros a trasladar y quien más o quien menos lo ha visto. El nivel del manto era, muy genéricamente, el inicio de todo en la vida de un joven cofrade que, un día, decidió involucrarse un poco más con su hermandad. Esa sensación de vivir lo novedoso, de encontrarse inmerso en un mundo que, a priori, le atraía. Esa duda ante cualquier cosa y ese empuje para llevarlo todo hacia adelante. ¿Verdad que muchos -algunos ya de cierta edad- os acordáis de vuestros inicios en las antiguas juntas auxiliares o primeros grupos jóvenes?
¡Claro que sí!
Pues así me siento hoy yo. Como un novato en un mundo que ya conocía de antes, pero manejando otras perspectivas, puesto que las herramientas, en mi caso, son prácticamente las mismas; indagando en una parcela que, anteriormente, solo tocaba de forma casual, con el temor de errar o no estar a la altura de lo que me solicitan. Hoy me estreno como cofrade desde el papel, con el encargo de portar el nivel del manto en esta nueva singladura dentro del panorama de las páginas que, desde la red, tratan sobre todo lo relacionado con las hermandades y su entorno. Y aseguro que este nivel del manto pesa. Pesa y mucho. Porque en él está depositada la confianza de quienes me lo han cedido y esperan que cumpla con mi cometido, que no es otro que servir como portador del encargo encomendado.
Ocurre, como ya sucedía antes, que ese supuesto contrapeso tan desconocido como indefinido, no se sabía muy para qué servía, a pesar de que, indefectiblemente, se pensaba en él como una especie de soporte para mantener el propio manto de la Señora en tal posición que no presentara fallo alguno. En este día en el que me estreno, gracias a los directores de esta página, LA PASIÓN EN LA ISLA, que me han dado la oportunidad de escribir sobre lo que, valga la redundancia, me apasiona, temo que voy tan perdido como el imberbe y nuevo cofrade que no sabe dónde acudir con el citado nivel del manto en sus manos. Os ruego sepáis disculpar mi bisoñez y que mi renovada juventud, encauzada a través de esta nueva sección en esta renovadora oferta de actualidad cofrade, no desmerezca el gran trabajo que se contemplará desde hoy mismo a través de LA PASIÓN EN LA ISLA.
Ya he pagado la novatada con este artículo (como era de esperar). Anhelo, desde hoy mismo, ganarme la confianza de todo aquel que me haga el honor de echar un vistazo a estas humildes letras, que ya sabemos que en este mundo de las hermandades y cofradías, todo se gana a pulso y trabajando duro.
A todos, a los artífices de LA PASIÓN EN LA ISLA, a vosotros que pasáis vuestras miradas en busca de la novedad que ofrece esta web, gracias por contar conmigo, gracias por honrarme con unos minutos de vuestro tiempo.